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Someday my prince will come

Translator Blues, de Michèle Landis

When cash flow is low,
When the phone does not ring,
When emails become scarce,
I engage in soul searching,
I have got the blues, translator’s blues.

What did I do wrong?
If only I could know!
If all my friends are busy,
Are they really better than I?
I have got the blues, translator’s blues.

It was good to have free time.
I cleaned the house, tended the garden.
My house is now squeaking clean,
Flowers are blooming. All the same,
I have got the blues, translator’s blues.

It must be the economy.
When will it grow again?
Or some of those cheap guys
Who sell themselves on the Web.
I have got the blues, translator’s blues

What can I do, whom shall I call?
Where are all the projects gone?
Today is Friday; too late to be called.
Next week, someone will need me!
I have got the blues, translator’s blues


Este desgarrador blues sobre la desesperación del traductor autónomo había sido bautizado con el nada previsible nombre de «Translator Blues». Sin embargo, no quisiera lanzar al ciberespacio este lamento preñado de miradas lánguidas a la bandeja de entrada de Gmail y desorientación existencial sin añadir una cierta nota esperanzadora… aunque sea en el título.

Someday my prince will come.

Porque, como bien sabéis ya todos y con una cierta dosis de esfuerzo+insistencia+calidad, al final aparece el príncipe azul cliente, empresa o encargo soñado…que nos lleva a su castillo encantado oficina o evento y nos promete amor eterno plazos de entrega razonables, un pago sustancioso y puntual, un encargo interesante o un buen entorno de trabajo (a veces incluso todo a la vez)… y somos felices y comemos perdices. A veces, hasta «por siempre jamás» 😉

Y entonces podemos decir, parafraseando a la tristemente desaparecida Vienna Art Orchestra…

Vienna Art Orchestra – Grace Kelly One Day My Prince Did Come

3 Respuestas a “Someday my prince will come

  1. Mercedes

    Uf, y tantos y tantos aspirantes a trabajadores esperando a que suene el teléfono… Y ya no esperando el trabajo de su vida sino un trabajo, sea el que sea, cueste lo que cueste, cobres lo que cobres. Vengo de Londres y todo es TAN diferente allí… 😦

  2. Mercedes

    Pero bueno cómo es que nadie contesta a esta pedazo de entrada!!! 😀

  3. marillescas ⋅

    Perdón, se me había pasado tu comentario. Yo no es que sea una gran optimista y normalmente no pienso que las cosas se arreglen solas o que sucedan mágicamente… pero sí que es verdad que en la mayoría de ocasiones – e insistencia mediante -, las cosas acaban llegando. No puedo decir que al que no le lleguen cosas es porque no lo está haciendo bien (sería mentira), pero sí que sé que muchas veces no tenemos la actitud o el «modus operandi» correcto para que nos lleguen las cosas. Durante el tiempo que estuve más o menos en paro pensaba que estaba haciendo todo lo que podía para encontrar algo, pero ahora me doy cuenta (después de leer recomendaciones y consejos y de hablar con otros traductores) de que hay muchas cosas que estaba haciendo mal sin saberlo siquiera… y que a lo mejor impidieron que me llegara nada. Supongo que habrá que hacer examen de conciencia constante. ¿Qué pasó en Londres?
    Lo de añadir el blues sin ser mío es porque, además de la letra en sí, me pareció curioso que hubiera un «blues del traductor» antes de que inaugurara yo este chiringuito…

    Prometo entradas de más enjundia próximamente 🙂

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